Hoy en día es muy común utilizar la expresión "música comercial", a la que nos referimos cuando hablamos de música "repetitiva" o "pegadiza" y, sobre todo, cuando nos referimos a aquellas canciones que producen más éxito de ventas y, por tanto, mayor beneficio.
Muchas son las críticas que están recibiendo actualmente los grupos musicales míticos por desviarse de su estilo musical, la mayoría aconsejados por su sello discográfico. Estos grupos comienzan a cambiar con cada nuevo disco, introduciendo nuevos ritmos, nuevas bases o antiguas composiciones, que no acaban de gustar a los millones de seguidores que tienen.
Muchas son las críticas que están recibiendo actualmente los grupos musicales míticos por desviarse de su estilo musical, la mayoría aconsejados por su sello discográfico. Estos grupos comienzan a cambiar con cada nuevo disco, introduciendo nuevos ritmos, nuevas bases o antiguas composiciones, que no acaban de gustar a los millones de seguidores que tienen.

No hay una fórmula concreta que asegure el éxito de un tema o de un disco pero, ¿hasta qué punto debe comercializarse un grupo musical para conseguir beneficio?¿Es ético, artísticamente hablando, convertir la música en negocio?
Quizá si nos centráramos en esa música pionera que empezó a tener gran importancia debido a los medios de comunicación, sería casi un crimen pensar que la música se compusiera solamente para obtener beneficio. Los grupos solo se dedicaban a dar rienda suelta a su creatividad porque había una manera directa de entrar en el mercado musical o, en otros términos, no había tanta oferta de artistas y, por lo tanto, había menos competencia.

Esta necesidad está en muchos casos superada por la de crear arte o belleza, y quizá también nosotros, el público, nos hayamos acostumbrado a este hecho.
¿Nunca habéis escuchado el comienzo de una canción, de las de siempre, y de repente comienza a cantar otro artista o la letra es distinta? Pues bien, esto es debido a los "acordes seguros", melodías que se componen siempre con los mismos acordes y que resultan agradables a nuestro oído porque son conocidas. Aunque a penas es perceptible, muchos son los artistas hoy en día que utilizan este truco en nuestro país. Amaral, Fito y Fitipaldis, Melendi... los artistas que, seguramente, más éxitos han logrado en Espala durante los últimos años.
Por lo tanto, ¿estamos hablando de arte o de producto? Hoy en día la música solo se entiende como producto, un elemento inmaterial asequible a cualquiera y, en algunos casos, sin coste ninguno, razón por la cual está perdiendo su valor artístico e innovador.
A pesar de este hecho, muchos son los artistas que a día de hoy siguen abriéndose paso en el panorama musical, con un estilo totalmente alternativo e innovador, sobre todo gracias a los festivales como Sónar, creado en su mayor parte para la captación de artistas con nuevos sonidos y nuevas ideas que podrían marcar la diferencia en el mercado de la música.