martes, 6 de enero de 2015

¿Arte o producto? El negocio de la música

Hoy en día es muy común utilizar la expresión "música comercial", a la que nos referimos cuando hablamos de música "repetitiva" o "pegadiza" y, sobre todo, cuando nos referimos a aquellas canciones que producen más éxito de ventas y, por tanto, mayor beneficio.

Muchas son las críticas que están recibiendo actualmente los grupos musicales míticos por desviarse de su estilo musical, la mayoría aconsejados por su sello discográfico. Estos grupos comienzan a cambiar con cada nuevo disco, introduciendo nuevos ritmos, nuevas bases o antiguas composiciones, que no acaban de gustar a los millones de seguidores que tienen.

Uno de los ejemplos más claros es el grupo Linkin Park, que con el paso de los años, ha abandonado totalmente el rock alternativo para amoldarse a las exigencias de su casa discográfica. El último intento por introducirse en las listas de éxitos internacionales ha sido su álbum A Thousand Suns, que llegó a borrar su viejo estilo característico por completo y reinventarlo como si hubiera sido compuesto por otro grupo. Sin embargo, el juego de mezclar música electrónica en abundancia, sonidos ambientales y fragmentos de discursos de la historia contemporánea no terminó de entusiasmar a sus millones de fans. Afortunadamente, a finales del 2014 el grupo volvió a sus orígenes alternativos con el álbum The Hunting Party, que ha supuesto una mejora de las críticas y una disminución del descontento de sus seguidores.

No hay una fórmula concreta que asegure el éxito de un tema o de un disco pero, ¿hasta qué punto debe comercializarse un grupo musical para conseguir beneficio?¿Es ético, artísticamente hablando, convertir la música en negocio?

Quizá si nos centráramos en esa música pionera que empezó a tener gran importancia debido a los medios de comunicación, sería casi un crimen pensar que la música se compusiera solamente para obtener beneficio. Los grupos solo se dedicaban a dar rienda suelta a su creatividad porque había una manera directa de entrar en el mercado musical o, en otros términos, no había tanta oferta de artistas y, por lo tanto, había menos competencia.

Pero desde hace algunos años, "vivir de la música" se ha convertido en una tarea prácticamente imposible. Es casi una necesidad la captación, no solo de un grupo minoritario como los fans, sino también del mayor público posible.
Esta necesidad está en muchos casos superada por la de crear arte o belleza, y quizá también nosotros, el público, nos hayamos acostumbrado a este hecho.

¿Nunca habéis escuchado el comienzo de una canción, de las de siempre, y de repente comienza a cantar otro artista o la letra es distinta? Pues bien, esto es debido a los "acordes seguros", melodías que se componen siempre con los mismos acordes y que resultan agradables a nuestro oído porque son conocidas. Aunque a penas es perceptible, muchos son los artistas hoy en día que utilizan este truco en nuestro país. Amaral, Fito y Fitipaldis, Melendi... los artistas que, seguramente, más éxitos han logrado en Espala durante los últimos años.

Por lo tanto, ¿estamos hablando de arte o de producto? Hoy en día la música solo se entiende como producto, un elemento inmaterial asequible a cualquiera y, en algunos casos, sin coste ninguno, razón por la cual está perdiendo su valor artístico e innovador.

A pesar de este hecho, muchos son los artistas que a día de hoy siguen abriéndose paso en el panorama musical, con un estilo totalmente alternativo e innovador, sobre todo gracias a los festivales como Sónar, creado en su mayor parte para la captación de artistas con nuevos sonidos y nuevas ideas que podrían marcar la diferencia en el mercado de la música.





domingo, 4 de enero de 2015

Beyoncé, most wanted

Todos recordaréis a aquella joven que nos hacía bailar al ritmo de Crazy in Love, Run the world y Single Ladies o nos emocionaba con canciones como Halo, If I were a boy y Listen. Pero Beyoncé ya no es lo que ha sido todos estos años. ¿Ha madurado musicalmente o es que se le ha ido la cabeza?

En 2013, la artista sacó a la venta su último álbum, el cual me dejó atónita. Su estilo de música, que tenía bien arraigado, ha cambiado. Beyoncé ha sacado su lado más rapero, tal vez por influencia de su marido, el cantante de rap Jay-Z.

Son canciones sin sentido, sin coherencia. B se
ha sumado a la moda estadounidense de hablar de sexo, sexo, sexo y más sexo y de provocar al máximo.

Creo que una artista de tal calibre, con esa voz genuina y con ese talento que le nace de las entrañas no debería caer de esta manera. Si tienes un producto que triunfa entre todos los públicos, ¿por qué has de cambiarlo?

No todas las canciones me parecen tan horribles, o quizá sea que he escuchado el CD una y mil veces y ya no lo veo tan anormal, pero espero que esto simplemente haya sido un lapsus de Beyoncé o que haya querido probar con estilos diferentes, pero que vuelva a ser ella.



¿Y qué me decís de este vídeo? En principio a mí me dejó sin palabras...Pero, ¿qué hace?
Parece que la cantante está borracha un día de fiesta con sus amigas. Desde luego el vídeo, low cost, es. Porque no tiene otra ubicación que su propia casa, el vestuario nada que no tuviera ya, y el maquillaje se lo han ahorrado también.

Si se quisiera dar una imagen más cercana a Beyoncé, a cómo es su vida, lo podría entender e incluso me gustaría esta forma low cost para la realización del vídeo. Pero no es el caso.

Vuelve, Beyoncé.

El adiós de las series y películas online

Al despertar por las mañanas, sin poner un pie fuera de la cama, acostumbro a mirar las redes sociales, un hábito muy común en los de mi generación. El pasado mes de diciembre, y siguiendo la práctica de cada mañana, encontré la amarga noticia del cierre de Series.ly, cogiéndome por sorpresa, a mi y a otros muchos. Convirtiéndose en Trending Topic en Twitter en cuestión de pocas horas.

Series.ly emitió un comunicado la misma mañana en la que se aprobaba la Ley Lasalle, la nueva ley en defensa de la propiedad intelectual, que entraría en vigor este 2015, y que acabaría con las páginas que facilitan links de descarga o visualización de contenidos. Además las multas para quién quebrante esta ley pueden ascender a los 600.00€ y enfrentarse hasta a 6 años de cárcel.

Otros de los detonantes del pánico de Series.ly, fue la detención, y el registro de sus domicilios en Madrid y Alicante de los fundadores de otra de las páginas más visitadas a la hora de visualizar contenido online, "seriespepito", tras las continuadas denuncias de distintas productoras.

La forma de actuación de Series.ly ha sido muy correcta de cara a los consumidores, informando en todo momento de los pasos que iban a realizar. Primero con su comunicado en diciembre, donde se notificaba a los usuarios los detalles de la nueva ley aprobada. Tras ello, el día 1 de enero se eliminaron todos los links gratuitos, quedando solo los de plataformas de pago como "Yomvi"o "Nubeox" entre otras.

Sin embargo, ¿qué cambia esta nueva ley? En mi opinión, absolutamente nada. Esta ley no evitará la piratería, ya que existen muchos mas métodos para poder ver los contenidos. Simplemente es una excusa del gobierno para justificar los altos índices de piratería, ya que siempre es más fácil echar la culpa a otros.


Desde mi punto de vista, el fallo está en que no se está sabiendo evolucionar. Con la llegada de internet, y de las redes sociales se produjo un cambio en el método de consumo, al que los de arriba no se han sabido adaptar, ni ofrecer buenos contenidos a precios asequibles para la ciudadanía. ¡Claro que habría que cambiar las leyes!, como por ejemplo rebajar el 21% de IVA en cultura, quizás así podríamos disfrutar de una gran pantalla de cine y unas palomitas, en lugar del sucio monitor de nuestro ordenador con una película en baja calidad.

Sería mejor asimilar este cambio, aprovechar la revolución tecnológica para que tanto el consumidor como las productoras se beneficien mutuamente.

"El mundo está cambiando, la música está cambiando, hasta las drogas están cambiando..." - Trainspotting

sábado, 3 de enero de 2015

Avril Lavigne se retira una temporada

La famosa cantante, Avril Lavigne, dio un comunicado a sus seguidores en Twitter el pasado mes de diciembre en el que anunciaba su retirada de los escenarios y de la vida pública durante una temporada, ya que estaba enferma y lo primero era su salud.

"Me siento mal porque no he podido decirle a mis fans por qué he estado ausente", "No me siento bien. Tengo algunos problemas de salud. Así que por favor ténganme en sus oraciones". Estas eran las palabras de Avril Lavigne en las redes sociales.

Su representante confirmó las palabras de la cantante días después, aunque aún hoy no se sabe la gravedad de asunto con certeza, pues nadie conoce exactamente cual es la enfermedad que padece la cantante.

La verdad es que se hacía raro que desde el 2013 a penas se supiera nada de ella. Ninguna canción ni disco a la vista... y de repente nos enteramos de que está enferma.
Lo primero que pensé fue que estaba desintoxicándose por temas de drogodependencia, pero por lo visto no fui la única, y la misma Avril Lavigne tuvo que desmentir, también vía Twitter, este rumor que tanto se extendió.

Avril no sólo es cantante, sino que también es compositora, tiene una línea de ropa e incluso se le ha llegado a ver en la gran pantalla (El caso Wells). Y después de cinco discos de estudio y trece años en el mundo de la música creo que no es mal momento para descansar, con más razón si no tiene salud para continuar ahora.

Perdida, el error de David Fincher

La última película de David Fincher, Perdida, dejó mucho que desear. Lo que empezaba siendo una película sobre un matrimonio, pasaba a ser un thriller policíaco y después casi llegaba hasta la comedia dramática. Esta película cuenta la historia de un matrimonio (Nick y Amy). Nick vuelve casa el día de su aniversario con Amy y descubre que su esposa ha desaparecido. No hay explicación para la desaparición y no se sabe si es un secuestro o es un homicidio. No hay noticias de Amy y poco a poco el marido se va transformando en el principal sospechoso. La historia comienza a torcerse y mediante el diario de Amy se va descubriendo cómo era la historia previa del matrimonio. Después la historia se sigue torciendo y el hilo de la película se va perdiendo lentamente al ir involucrando otros puntos de vista que cambian radicalmente la historia.

Esta película busca dotarse de intriga pero, en mi opinión, lo único que consigue es confundir y aburrir al espectador. En Perdida cabe decir que todo puede ser de otra manera a la que se muestra.
La verdad es que no llega a estar a la altura del riesgo asumido por Fincher.

Se trata de una película de casi dos horas y media en la que el espectador se pierde una y mil veces en el espacio temporal. Tanto es así que cuesta creer cómo hizo el director de Perdida para que se le diera luz verde a este auténtico desquicio paranoide.

La película tiene unos papeles muy forzados, en especial el de Ben Affleck (Nick), que es totalmente inexpresivo. Rosamund Pike (Amy) y Neil Patrick Harris (Desi) actúan de forma horrible. No sé bien si es porque la gran pantalla les queda grande o porque los personajes en sí son muy malos. Se hace una película muy fría y lenta.

Normalmente, las películas de Fincher me han parecido muy buenas, como por ejemplo Seven, El club de la lucha o El curioso caso de Bejamin Button. Pero en esta ocasión no puedo decir lo mismo.






viernes, 2 de enero de 2015

OneRepublic en Madrid

El pasado mes de noviembre tuve la oportunidad de asistir al único concierto que OneRepublic daría en España. Este grupo llevaba sin venir a España desde 2009, por lo que podéis imaginar cómo estaba el Palacio de los Deportes de Madrid.


No conocía mucho sobre el grupo, pero desde ese día puedo decir que me he aficionado bastante a su música.
Soy fan de esa energía que mostraban todos los componentes de la banda en el escenario. Se mostraron muy cercanos con el público a pesar de la barrera del idioma. Uno de los guitarristas del grupo, Zach Filkins, pasó la adolescencia en España y sabía hablar el castellano con algunas dificultades. El hecho de que Zach supiera español fue lo que seguramente influyó en el cantante, Ryan Tedder, que de vez en cuando soltaba frasecitas del estilo "¿Qué tal lo estáis pasando?" o "Sois un público excelente".

Una cosa que me llamó la atención fue la polivalencia de todos y cada uno de los integrantes de OneRepublic, ya que todos sabían tocar varios instrumentos, en especial Ryan, quien demostró sus dotes al piano, a la guitarra, al bajo y a la percusión además de esa preciosa voz que tiene.

OneRepublic quiso aportar costumbres españolas en su concierto e hicieron un show flamenco, donde dos bailaoras al ritmo de un cajón flamenco y una guitarra española dejaron sin aliento a todos los allí presente.

Quiero mencionar también el gran trabajo audiovisual que había detrás del concierto. Pues en la pantalla del fondo se proyectaban sus vídeos, fotografías de la gira e incluso una secuencia de imágenes de Madrid. Proyectaron también la bandera de España a modo patriota estadounidense.

En definitiva, fue un gran concierto en directo, donde el público se desvivió cantando todas sus canciones a pleno pulmón y donde OneRepublic se mostró agradecido por la acogida que habían tenido en nuestro país.

lunes, 22 de diciembre de 2014

El año del cine español

El 2014 ha sido el año más taquillero en el cine español. Esto se lo debemos al terremoto de Ocho apellidos vascos, a la trama de El niño, a nuestro ya conocido Torrente 5 y a La isla mínima.

Cada una de estas películas han llenado las salas de cine durante meses.

Ocho apellidos vascos es una comedia romántica que utiliza los prejuicios sobre los vascos y sobre los andaluces como eje de la historia de amor entre Clara Lago y Dani Rovira en la ficción. Esta película cuenta con un guion repleto de chistes fáciles que no pierden su gracia y que parece que han conquistado a todos los españoles excepto a mí.
Sí, la película es entretenida. Pero creo que está sobre valorada por el hecho de que el cómico Dani Rovira sea uno de los protagonistas de la historia. Sin el sube y baja de los chistes y sin la caricatura de estereotipos regionales, Ocho apellidos vascos pierde energía y casi no hace gracia. ¿Para cuando tendremos una comedia romántica que se arriesgue más allá de lo convencional?

El niño, otra de las películas españolas de éxito de este año, cuenta la historia de unos jóvenes que se inician en el negocio del contrabando para conseguir dinero fácil, transportándo la la droga por el Estrecho de Gibraltar haciéndola llegar a España, a la vez que cuenta la historia paralela de unos policías que luchan contra el narcotráfico en el Estrecho.
El niño es una película algo aburrida en mi opinión, pues tiene un guion que no sabe bascular el punto de interés entre las dos historias paralelas que narra. Además, Jesús Castro (el niño), está considerado como una joven promesa del cine, cuando a mí me parece un actor que no sabe expresar. No te hace sentir nada, ni bueno ni malo. Únicamente es atractivo, pero no tiene nada más. El personaje de "el niño" no termina de conformarse como el núcleo de la película. No tiene el suficiente ritmo de un protagonista.
Quizá los puntos fuertes de esta película son sus escenas de acción, las persecuciones aéreas y marítimas, y la actuación impecable de Luis Tosar.

En cuanto a Torrente 5: Operación Eurovegas, ya todo un clásico español, hay que decir que Santiago Segura ha mejorado con respecto a las dos últimas entregas de la saga. En la nueva secuencia la risa no se aparta de cada una de las escenas. Se trata de una historia bien definida de principio a fin, superando las críticas a sus anteriores entregas donde se notaba la ausencia de un guion más fuerte. Otro de sus errores en las anteriores películas de Torrente fueron esos cameos sin sentido que parecían cuestión de relleno de minutos en pantalla. En este caso todos los cameos tienen un porqué y no parecen para nada forzados.
Alec Baldwin forma parte del reparto de Torrente 5 y es, sin duda, uno de los platos fuertes. Merece la pena verlo.
Nos encontramos ante una buena película. Operación Eurovegas devolvió la ilusión a los más fieles seguidores de la saga.

Para finalizar, hay que hablar del último éxito de Alberto Rodríguez, La isla mínima.
Esta obra es sin duda su película más redonda y. por qué no, su obra maestra.  Cuenta la historia de la investigación de un doble asesinato en las marismas del Guadalquivir en la España de 1980. Los actores principales, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez bordan sus papeles en una actuación magnífica. Se conducen con éxito tres tramas criminales en una sola película, sin perder nunca el hilo de ninguna de ellas y cumpliendo satisfactoriamente la conclusión de todas.
El guion es muy bueno y los actores hacen un buen trabajo. Para mí, la película española del año es esta.