sábado, 3 de enero de 2015

Perdida, el error de David Fincher

La última película de David Fincher, Perdida, dejó mucho que desear. Lo que empezaba siendo una película sobre un matrimonio, pasaba a ser un thriller policíaco y después casi llegaba hasta la comedia dramática. Esta película cuenta la historia de un matrimonio (Nick y Amy). Nick vuelve casa el día de su aniversario con Amy y descubre que su esposa ha desaparecido. No hay explicación para la desaparición y no se sabe si es un secuestro o es un homicidio. No hay noticias de Amy y poco a poco el marido se va transformando en el principal sospechoso. La historia comienza a torcerse y mediante el diario de Amy se va descubriendo cómo era la historia previa del matrimonio. Después la historia se sigue torciendo y el hilo de la película se va perdiendo lentamente al ir involucrando otros puntos de vista que cambian radicalmente la historia.

Esta película busca dotarse de intriga pero, en mi opinión, lo único que consigue es confundir y aburrir al espectador. En Perdida cabe decir que todo puede ser de otra manera a la que se muestra.
La verdad es que no llega a estar a la altura del riesgo asumido por Fincher.

Se trata de una película de casi dos horas y media en la que el espectador se pierde una y mil veces en el espacio temporal. Tanto es así que cuesta creer cómo hizo el director de Perdida para que se le diera luz verde a este auténtico desquicio paranoide.

La película tiene unos papeles muy forzados, en especial el de Ben Affleck (Nick), que es totalmente inexpresivo. Rosamund Pike (Amy) y Neil Patrick Harris (Desi) actúan de forma horrible. No sé bien si es porque la gran pantalla les queda grande o porque los personajes en sí son muy malos. Se hace una película muy fría y lenta.

Normalmente, las películas de Fincher me han parecido muy buenas, como por ejemplo Seven, El club de la lucha o El curioso caso de Bejamin Button. Pero en esta ocasión no puedo decir lo mismo.






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